Mi gran regreso a este blog!
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Como MSTRKRFT sigue siento mi hit
Para el Festival Colmena tenía unas expectativas muy altas, no sólo porque tocaba Sigur Rós, sino por todo lo que nos prometieron. Lo consideraba desde antes “el mejor concierto de mi vida”
Este breve texto es “como MSTRKRFT sigue siento mi hit” o bien, “como una reseña del Colmena se convierte en una alabanza a MSTRKRFT”
¿Por qué?, friego mucho con el dueto canadiense lo sé. Pero he aquí la razón:
El Sonofilia, otro evento con millones de fallas era hasta entonces en general una experiencia de esas que me traumatizaron, disfruté a Björk, claro que lo hice... pero cuando MSTRKRFT salió a escena fue una experiencia inolvidable, de un buen modo al contrario del resto del evento, nunca antes había disfrutado tanto bailar durante hora y media, nunca antes una banda a la que conocía medianamente se convirtió en mi ejemplo a seguir como pseudo DJ que intento ser (Nikolai Tesla), se convirtieron en mis gurús, vamos. Además, en el Sonofilia no sufrí a la salida lo que sufrí en el Colmena.
El Colmena es una muestra, una vez más, que México sólo hace festivales chidos con el respaldo de una malévola marca (llámese Corona, Coca Cola, Motorola o Malrboro... y mención aparte merece esta última marca cigarrera, el MX Beat es de lejos el mejor festival en nuestro país hoy en día).
Todo iba perfecto, incluso pude tolerar la salida una hora tarde de Auditorio Nacional, aunque qué pena, atrás de mi iba sentado un alemán, ya saben... de Alemania... el primer mundo... donde las cosas funcionan diferentes, y el hombre estaba indignado por el retraso, no me lo quiero imaginar a la salida.
Cuando vi Tepoztlán me alegré, era exacto como en las fotos que había visto, no como en el Sonofilia, en donde la barranca de Huentitán era una horrible polvadera (esto se lo atribuyo a las respectivas estaciones de año, pero aun así) y nada que ver con las fotos.
Lo primero que hice fue ir al baño y buscar comida (también souvenirs), así que estuve en mi lugar hasta que Natalia Lafourcade salió a escena, me sorprendió bastante, ya se dio cuenta que lo suyo es el pop y hace buen pop.
Luego Defanico no me sorprendió, al contrario de Los Cojolites que a pesar de lo burda de su crítica social me agradó su onda y no se les puede exigir la gran profundidad en ese aspecto, además verlos en ese entorno fue perfecto. Los Simplifiers otra banda que no pelé mucho. Juan Son... es como Porter pero más pretencioso y eso no es bueno, Los Dorados con su buen jazz, Chikita Violenta una basura como siempre y a los Childs ya los conocía, muy buenos.
Luego Andrew Bird, hay algo en su música que no termina de convencerme a pesar de que tiene muchas similitudes con Patrick Wolf y con el mejor músico sobre el planeta thankyouverymuch o sea, Owen Pallett alias Final Fantasy. No sé, pero de todos modos es muy bueno.
Finalmente Sigur Rós, no podía dejar de pensar “ya puedo morir en paz”, la piel se me enchinó, estaba a punto del llanto cuando... cuando... señalo a Orri y le digo a una amiga “¿por qué llora?”, luego se lo llevaron, luego las Amiina decían todo con sus rostros de preocupación y luego todos salieron.
Que le haya pasado a Orri... no lo sé, sólo espero que esté bien, no me quejo de eso, lo he dicho y lo vuelvo a repetir, los problemas de salud son cosas que no se controlan.
Lo que sí se puede controlar es una salida ordenada, cumplir una promesa (la del transporte) y conseguir que un evento salga lo mejor posible. Caminar durante 3 horas en la obscuridad y con el mal sabor de boca de un brevísimo y accidentado set por parte de la banda que todos íbamos a ver es algo que espero no repetir jamás en mi vida. Era una buena idea en teoría, pero en la práctica no funcionó.
Es una lástima, Sigur Rós no pudo desbancar a MSTRKRFT de “la banda que me voló la tapa de sesos”, ese título sigue siendo para el mega pachangón que se armó en Huentitán... todo pese al polvo.