¿Doy tanto miedo?, ¿soy tan aterradoramente complicado?, no lo creo... si yo no lo creo tú no deberías creerlo. Porque no es así.
Tal vez es error mío querer cargarte mis problemas, que son muchos, que tú mejor que nadie los conoce, y eso, quizá, es lo que te da tanto miedo. Que de un momento a otro puedo desear morir o puedo desear huir o puedo desear quedarme, nunca se sabe lo que voy a querer.
Quiero comprenderte y te comprendo.
Porque yo miraré a otro, aquel hombre hecho de papel y carboncillo y diré en voz alta “adoro cuando me sonríe”, porque observaré a ese Anubis que me arrancó el corazón y lo puso en la balanza y seguiré pensado “es condenadamente hermoso”.
Y quería que me salvaras, pero no puedo obligar a nadie a aventarse a ese precipicio. A nadie. Simplemente no tengo salvación.
He de morir cada noche, he de revivir cada mañana y luego continuar con esto que me parece ridículo.
Yo buscaba un muro maravilloso en el cual recargarme, porque Dios sabe lo cansado que ha sido esto para mí. Y aun no lo encuentro... ni en ti ni en nadie. A pesar de que he tenido las piernas rotas por mucho tiempo y frente a tus ojos. A pesar de que mi rótula salta por entre la piel y sólo deja un rastro de sangre. No lo puedes entender... ya no puedo caminar.
¿Doy tanto miedo?, entonces creo que no eres lo suficientemente valiente como para haberte elegido. Elegí mal una vez más.
¿Doy tanto miedo?, ¿de verdad sólo alguien genuinamente arriesgado o suficientemente tonto querrá lidiar con esto que soy yo?
¿Soy tan difícil?
Tal vez es error mío querer cargarte mis problemas, que son muchos, que tú mejor que nadie los conoce, y eso, quizá, es lo que te da tanto miedo. Que de un momento a otro puedo desear morir o puedo desear huir o puedo desear quedarme, nunca se sabe lo que voy a querer.
Quiero comprenderte y te comprendo.
Porque yo miraré a otro, aquel hombre hecho de papel y carboncillo y diré en voz alta “adoro cuando me sonríe”, porque observaré a ese Anubis que me arrancó el corazón y lo puso en la balanza y seguiré pensado “es condenadamente hermoso”.
Y quería que me salvaras, pero no puedo obligar a nadie a aventarse a ese precipicio. A nadie. Simplemente no tengo salvación.
He de morir cada noche, he de revivir cada mañana y luego continuar con esto que me parece ridículo.
Yo buscaba un muro maravilloso en el cual recargarme, porque Dios sabe lo cansado que ha sido esto para mí. Y aun no lo encuentro... ni en ti ni en nadie. A pesar de que he tenido las piernas rotas por mucho tiempo y frente a tus ojos. A pesar de que mi rótula salta por entre la piel y sólo deja un rastro de sangre. No lo puedes entender... ya no puedo caminar.
¿Doy tanto miedo?, entonces creo que no eres lo suficientemente valiente como para haberte elegido. Elegí mal una vez más.
¿Doy tanto miedo?, ¿de verdad sólo alguien genuinamente arriesgado o suficientemente tonto querrá lidiar con esto que soy yo?
¿Soy tan difícil?
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