Sin título

Author: Gabriela Clayton /

Para el fin de semana mi cuerpo está suficientemente mutilado como para morir. Como para esperar a desangrarse. Miro con insistencia el celular, una llamada que me salve no va a llegar; la cuerda pende del madero, esperando por mi cuello. La culpa no es de nadie, soy yo el que nunca asistió a clases y jamás se preparó para una entrevista de trabajo, soy yo el que sueña con un futuro inalcanzable, prometedor. Soy yo el que solo, solito se hundió en el cielo.

Para el fin de semana mi espalda está tan encorvada de cargar con tanto peso que mi frente toca el suelo, y como lodo, muerdo polvo. Miro con insistencia el frío metal, la navaja fue hecha para matarme, para ayudar a desangrarme. La cuerda está lista, la asfixia me asusta, la agonía me muerde las uñas, los párpados me pesan, tengo sueño. Es hora de dormir.

Morrissey sigue insistente en la cajuela de mi auto, como un muerto que he guardado ahí desde hace años que pide ser liberado, putrefacto. Insiste en que yo lo he matado. A todos no han matado querido Moz.

Luego me sacudo la mugre, pero ya estoy ensangrentado. Ya no se limpia. Mi boca tiene rabia roja, mis ojos se dilatan sin vida, totalmente muertos, ante un monitor de computadora inmune y azul. Sobre todo azul.

Juego a que puedo, pero es un juego que estoy destinado a perder. Sueño a que puede ser, pero es un sueño y nada más, es humo que trato de atrapar, y abrazar, y aferrarme a él para no caer al suelo.

Un día te veo, y me llamas, y me trastornas. Tú estás loco, no me conduzcas a tu mundo de locura; tu llamada no va a llegar. Maldito loco, hace tiempo que provocaste una de esas tantas heridas que hoy siguen sangrando, sí... maldito loco.

Qué más quisiera que no tener tantas deudas, saldado todo sería un camino más tranquilo, pero al menos me queda el desvergonzado consuelo que entre otras cosas... dejo mis deudas atrás. Material, frío metal que me cobija todos los días, en tono ónix tu corazón aceleró el mío. Un beso. Y una ópera prima tan fallida como descabellada, tan mala como intima y personal. Un logro y mi último fracaso.

Camino, el cielo nublado nos golpea y descalabra con granizo, miro a ambos lados, pido que valúen lo poco que me queda... es menos de lo que esperaba, la verdad. Luego cruzo calles y espero semáforos en verde, el olor a medicina me hace entrar y compro todo lo que necesito por 5 pesos... no necesito más; me atienden sin saber que esos 5 pesos son todo lo que necesito.

1 palmadas en la espalda:

rogelio garza dijo...

ah, ese Morrisey, tampoco es muy saludable cuando se anda volando bajo...

me gustó tu reseña del fraude colmenero.

besos!